
Las organizaciones son más que un espacio profesional de innovación, producción y consecución de resultados económicos, son también espacios para el aprendizaje. Cada vez más, las organizaciones toman el compromiso de velar por el “talento emocional” de su equipo.
El entrenamiento emocional, es un aprendizaje progresivo para gestionar las emociones de manera más eficiente, y lograr cuotas mayores de autoliderazgo y felicidad.
El entrenamiento emocional, trabaja en tres aspectos fundamentales:
- Tomar conciencia de uno mismo, observando, identificando y aprendiendo a conectar con nuestras propias emociones y las de los demás. El objetivo es ser consciente de quiénes somos, qué sentimos y aumentar la autoestima y seguridad en la toma de decisiones.
- Favorecer actitudes de cambio, que nos permitan a raíz del autoconocimiento, mejorar nuestras respuestas emocionales, favorecer nuestro equilibrio emocional y aprender a controlar nuestros impulsos y a actuar con mayor positividad y optimismo, especialmente en situaciones adversas.
- Mejorar nuestro rendimiento personal y profesional y fomentar relaciones de confianza con el entorno.
En definitiva, a medida que entrenamos nuestras emociones, se incrementa la confianza en uno mismo y la autoestima y por tanto nuestra seguridad ante las distintas situaciones, y en nuestra relación con los demás en todas las facetas de la vida.
Trasladado al ámbito profesional, entrenar las emociones de nuestro equipo aportará importantes beneficios también para la organización:
- Integrar la “cultura emocional” y el desarrollo del talento emocional, en la cultura corporativa.
- Reforzar la motivación e incrementar la productividad de nuestros colaboradores.
- Favorecer la confianza y el trabajo en equipo.
- Mejorar la comunicación dentro de la organización y con nuestros clientes y proveedores, reduciendo los conflictos y contribuir a su resolución.
En definitiva, estamos ante el reto de propiciar verdaderas organizaciones para el bienestar, que pongan a la persona y su bienestar emocional en el centro, como parte inherente a su cultura organizativa, como premisa a la consecución de los objetivos organizacionales. Organizaciones para el bienestar que influyan a la vez en su entorno, aplicando un plan estratégico de externalización de la propia cultura emocional que contribuya en última instancia al bienestar emocional del conjunto de la sociedad.
Formación relacionada: Entrenamiento en talento emocional –La cultura emocional en las Organizaciones para el Bienestar-